Las madres ecuatorianas han encontrado en las políticas redistributivas, así como en el derecho al trabajo digno, implementados por el Gobierno Nacional, el impulso necesario para ser reconocidas como actores fundamentales en el cuidado y progreso económico de sus hogares, convirtiéndose en muchos casos, en la única fuente de manutención y aprovisionamiento para sus hijos y familias.

La construcción de un nuevo modelo económico social y solidario en el país ha generado, a más de nuevas relaciones sociales que han permitido equiparar las oportunidades de acceso al empleo, promover una activa participación de las mujeres, en especial madres de familia, en el desarrollo de iniciativas productivas que han aportado a su emancipación individual, social y económica.

Desde el 2009, el Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria (IEPS) ha cofinanciado 460 proyectos con una inversión de USD 44´273.082,48, para el fomento de la Economía Popular y Solidaria (EPS). Esto ha beneficiado a 43.200 familias, de las cuales 20.100 son lideradas por jefas de hogar, en gran parte, madres de familia.

Del total de proyectos, 161 son liderados por jefas de hogar, hasta la actualidad; de ellos, 140 están representados por madres de familia. Es decir, que el 85% de mujeres, al frente de estas iniciativas, corresponde a este grupo.

A esto se suma, una importante participación de madres de familia que han visto en la constitución de emprendimientos asociativos, una oportunidad de acceso al empleo y mejoramiento de sus ingresos económicos. Al momento, el IEPS registra un total de 450 organizaciones de la EPS bajo el liderazgo de las mismas.

El acompañamiento en procesos de contratación pública, capacitación y fortalecimiento organizativo ha sido también un aporte fundamental, por parte del IEPS, para promover la independencia económica de las madres del país y evidenciar su potencial como generadoras de trabajo y riqueza.

De esta manera, el IEPS busca reconocer la incansable labor que cumplen estas mujeres en la construcción de un nuevo país, mediante el diseño de políticas que contribuyan a su empoderamiento a nivel social y laboral, lo que las visibilice como artífices de su propia historia.