Un año ha transcurrido desde que un fuerte sismo transformó la vida de miles de personas en la costa ecuatoriana. No obstante, las provincias de Manabí y Esmeraldas, las más afectadas por el terremoto, continúan más firmes que nunca en su proceso de reactivación productiva, gracias al esfuerzo de su gente y a las estrategias implementadas por el Gobierno Nacional que han devuelto a estas poblaciones la esperanza de recuperar sus condiciones de vida mediante el acceso al empleo y factores productivos.

Es por ello, que con el propósito de potenciar el emprendimiento asociativo en estas provincias, el Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria –IEPS– planificó una inversión de alrededor de USD 1´050.000,00 en 22 proyectos de reactivación económica localizados en los sectores: textil, artesanal, pesquero, agrícola, apícola, lácteos, cárnicos, alimentos procesados, servicios complementarios, entre otros.

El aporte beneficia de manera directa a cerca de 1550 y en forma indirecta a un aproximado de 6200 emprendedores de distintos cantones de estas localidades. Los proyectos diseñados desde un enfoque integral, comprenden el cofinanciamiento de infraestructura y acceso a maquinaria de trabajo, capacitaciones y estrategias de comercialización, con lo que se busca garantizar la sostenibilidad de los emprendimientos, generar nuevas plazas de empleo, dinamizar las economías locales y mejorar las condiciones de vida de estas familias.

Con estas acciones, el IEPS pretende, además, fortalecer las actividades económicas propias de estas zonas, así como impulsar la diversificación productiva y fomentar la inclusión de todos los sectores sociales en estos procesos; en tal razón, ha dirigido sus esfuerzos a incrementar el acceso de la mujer a fuentes de empleo, potenciar el emprendimiento juvenil, y crear oportunidades de negocio para las familias en condición de albergadas a causa del terremoto.

Es así, que de la mano del Gobierno de la Revolución Ciudadana, los pueblos manabitas y esmeraldeños avanzan en la recuperación de sus medios de vida, a través del establecimiento de políticas que contribuyan a su desarrollo y movilidad social, lo que ha significado que miles de familias recobren la confianza en que un nuevo país, justo y solidario, es posible para todas y todos los ecuatorianos.